En la mayoría de los equipos, la
energía se encauza en diversas direcciones.
La característica fundamental de
un equipo relativamente no alineado, es el desperdicio de energía. Los
individuos pueden poner mucho empeño, pero sus esfuerzos no se traducen
eficazmente en una labor de equipo.
El alineamiento es la condición
necesaria para que la potencia de un individuo infunda potencia al equipo.
El aprendizaje en equipo es el
proceso de alinearse y desarrollar la capacidad de un equipo para crear los
resultados que sus miembros desean. Arie de Gauss define al “equipo” como las
personas que se necesitan mutuamente para actuar.
Dentro de las organizaciones el
aprendizaje en equipo tiene tres dimensiones:
a) los equipos deben aprender a
explotar el potencial de muchas mentes para ser más inteligentes que una mente
sola. En algunos casos se observa que la inteligencia de un equipo es inferior
a la de cada uno de sus miembros.
b) la acción que generan debe ser
innovadora y coordinada.
c) el papel de los miembros del
equipo en otros equipos. Pe: la mayoría de los actos de los equipos directivos
se llevan a cabo a través de otros equipos.
La disciplina del aprendizaje en
equipo implica dominar las prácticas del diálogo y la discusión (las dos formas
de conversar en equipo) En el diálogo existe la exploración libre y creativa de
asuntos complejos y sutiles, donde se “escucha” a los demás y se suspenden las
perspectivas propias. En cambio, en la discusión, se presentan y defienden
distintas perspectivas y se busca la mejor perspectiva para respaldar las
direcciones que se deben tomar. El diálogo y la discusión son potencialmente
complementarios, pero la mayoría de los equipos carecen de aptitud para
distinguir entre ambos y moverse conscientemente entre ambos.
El aprendizaje en equipo implica
también el poder superar fuerzas opuestas al diálogo y la discusión productiva
y que llamamos “rutinas defensivas”. Pe: afectados por el conflicto, los
miembros del equipo suelen limar las diferencias o discursear en lo que
llamamos “guerras de abstracción”. Si bien las rutinas defensivas frenan el
aprendizaje, encierran un gran potencial para alentar el aprendizaje, si
aprendemos a liberar la energía que contienen.
Finalmente, la disciplina del
trabajo en equipo requiere práctica (lo que suele faltar en las organizaciones
modernas).
Diálogo y discusión
El físico Werner Heisemberg
declara: “la ciencia está arraigada en conversaciones”.
El teórico cuántico David Bohm
desarrolla un método de diálogo donde un grupo “se abre al flujo de una
inteligencia más amplia”. El diálogo es una vieja idea reverenciada por los
antiguos griegos y practicados por muchas sociedades primitivas, pero que la
sociedad moderna ha perdido.
Hay dos tipos primarios de
discurso: el diálogo y la discusión.
En la discusión el propósito es
ganar. Lograr que el grupo acepte nuestro punto de vista. En ocasiones podemos
aceptar parte del punto de vista de otra persona para fortalecer el nuestro,
pero fundamentalmente deseamos que prevalezca el nuestro. El énfasis en querer
ganar no es compatible con la prioridad de coherencia y verdad. Bohm sugiere
que para lograr este cambio de prioridades se necesita el “diálogo”.
La palabra diálogo viene del griego
“diálogos” que deriva de “día” = a través de, y “logos” = palabra. En un
diálogo no interesa ganar; todos ganamos si lo hacemos correctamente. En el
diálogo los individuos tienen una comprensión que no se logra individualmente.
Afrontando la realidad actual: conflicto y rutinas defensivas
Uno de los indicadores más
confiables de que un equipo aprende es el continuo conflicto de ideas.
La diferencia entre los grandes
equipos y los equipos mediocres radica en el modo de afrontar el conflicto y la
actitud defensiva que rodea al conflicto.
Los problemas causados por las
rutinas defensivas se complican en organizaciones donde revelar una limitación
es indicio de debilidad o incompetencia. En los modelos mentales de muchos
managers está arraigada la creencia de que éstos siempre deben saber qué está
pasando. Es inaceptable que actúen como si no supieran dónde se origina un
problema. Esto deriva en que se conviertan en especialistas en aparentar.
El eslabón perdido: La práctica
Los equipos inteligentes aprenden
a aprender en conjunto. Se requiere una práctica regular, pero raramente los
equipos administrativos la realizan.
El principal defecto que ve Bohm
en el aprendizaje colectivo es la fragmentación, la tendencia del pensamiento a
descomponer las cosas.
¿Qué
es aprendizaje en equipo?
El aprendizaje en equipo es el proceso de alinearse y desarrollar la capacidad de un equipo para crear los resultados que sus miembros desean. Arie de Gauss define al “equipo” como las personas que se necesitan mutuamente para actuar.
¿Porque
es importante el diálogo y la discusión para el aprendizaje en equipo?
El dialogo es importante en el aprendizaje en equipo debido a que el dialogo es parte fundamental en la toma de decisiones. SI el dialogo no se da es muy probable que los sistemas fracasen.
¿Según
Bohm cuales son las tres condiciones básicas que son necesarias para el diálogo?
1. Suspensión de los supuestos. La gente suele adoptar una posición y defenderla aferrándose a ella. Otros adoptan posiciones contrarias y ello crea polarización. En esta sesión, nos agradaría examinar algunos de los supuestos que subyacen a nuestro rumbo estrategia, sin procurar defenderlos.
2. Actuar como colegas. Pedimos a todos que dejen sus posiciones en la puerta. En esta reunión no importan las jerarquías, excepto la del árbitro, quien se ocupará de orientarnos.
3. Espíritu inquisitivo. Nos agradaría que la gente explorase los pensamientos que respaldan sus opiniones, sus supuestos más profundos, y las pruebas concretas que han conducido a esas opiniones. De tal manera, será pertinente hacer preguntas tales como ¿qué le induce a decir esto? o ¿ qué le induce a preguntar sobre esto?
¿Qué
son las rutinas defensivas?
El aprendizaje en equipo implica
también el poder superar fuerzas opuestas al diálogo y la discusión productiva
y que llamamos “rutinas defensivas”. Pe: afectados por el conflicto, los
miembros del equipo suelen limar las diferencias o discursear en lo que
llamamos “guerras de abstracción”. Si bien las rutinas defensivas frenan el
aprendizaje, encierran un gran potencial para alentar el aprendizaje, si
aprendemos a liberar la energía que contienen.